Se acusa tradicionalmente al Comunismo de aspirar a igualar a la gente y abolir el individualismo, de matar a los "divergentes" y vaciar a la persona hasta convertirla en una masa informe y estúpida que actuará al unísono como una colonia de hormigas alienadas, en obediencia ciega de las órdenes del Partido.
La prensa conservadora vive casi exclusivamente de la propagación diaria de esta soflama clásica y manida a través de los ingresos por publicidad que, como buenos mercenarios, les son asignados casi en exclusiva desde las instituciones que en ese momento estén gobernadas -controladas- por el Partido Popular.
Son los mismos voceros y columnistas de la mayoritaria prensa derechista que achacan a la izquierda la pretensión de imponer el PENSAMIENTO ÚNICO y la dictadura comunista a la menor oportunidad de acceder al poder local, autonómico y estatal, enfundándola en el papel de "hombre del saco" que figurará reiteradamente en el argumentario que desanimará a muchos ciudadanos a abandonar el apoyo a esa derecha a la que con tanta desconfianza prestan su voto.
Son los mismos que determinan que un español TIENE QUE SER:
- Católico
- Monárquico
- Profranquista
- Taurino
- Tradicionalista y, sobre todo
- Antizquierdista y acrítico con el fascismo.
En el seno de la Izquierda se discute, se escinden partidos, se tiran los trastos a la cabeza, pero no se excluye a nadie por profesar una u otra religión o ninguna de ellas, o diferir en conceptos básicos de las políticas sociales, se resaltan las ventajas de las políticas de izquierdas allá donde se concreten pero no se idolatran dictadores asesinos, ni se ensalza la crueldad con los animales como virtudes inapelables propias de PERSONAS DE BIEN y BUENOS ESPAÑOLES.
Se cometen errores que, tarde o temprano, acaban corrigiéndose y abordándose, la discusión y la discrepancia son herramientas de trabajo, no motivo para la descalificación y el escarnio público.
Los que acusan a la izquierda de imponer el PENSAMIENTO ÚNICO son los mismos que prendían las hogueras inquisitoriales, los que reescriben cínicamente la historia esperando atraer algún incauto ESPAÑOL DE BIEN que abdique del sentido común y crea que nunca ocurrieron las represalias asesinas durante el Franquismo, ese Franquismo que fue, por más que el Fascismo español lo niegue, el único y máximo ejemplo, exponente e impositor del auténtico PENSAMIENTO ÚNICO, la creencia de que SÓLO LOS FRANQUISTAS SON ESPAÑOLES y, el resto, basura a la que se le puede y debe volar la cabeza junto a una zanja.
La misma zanja que, de la forma más cínica y cruel imaginable, el ESPAÑOL DE VERDAD querrá enterrar por segunda vez en el olvido.