El Capitalismo es ya un señor mayor, con sus vicios irrenunciables y sus manías. Con el paso de los años, sus nietos los yuppies y tiburones de la Bolsa le han cogido de tal manera el tranquillo que hacen con el abuelo lo que quieren, le sacan las tiras del pellejo y a este paso no van a dejar un dólar para la herencia.
En occidente ya todo es viejo y manido, todos los secretos están desvelados y cualquiera puede ponernos boca abajo día sí y día no, siempre que le apetezca o le convenga.
Una coma, un cero o la salsa de un perrito caliente chorreando sobre el teclado de un ordenador en Wall Street pone el mundo a parir y los países más sólidos se tambalean. En pocas horas surgen las contramedidas para frenar el kepchup especulador y los salarios se estacionan o bajan, las pensiones se vuelven dubitativas y las agencias califican y descalifican a toche y moche.
El Abuelo Capitalismo chochea irreversiblemente pero sus traviesos nietecillos saben que de eutanasia, nada, que aún queda mucho jugo por extraerle al viejo, que se pasa el día entre cabezada y cabezada, inútil en su silla de ruedas y su mantita cubriéndole las piernas, no vaya a coger un enfriamiento de lo más tonto y la palme sin más.
Con mi dinero, le compran al anciano chuches y mascarillas de oxígeno, y sintrón, y café a cada hora para que se mantenga espabilado lo justo para firmar los cheques al portador. Él, entretanto, vive del recuerdo de sus batallitas y glorias olvidadas, mantenido por sus nietos en la ilusión de que está hecho un chaval, que por él no pasan los años y que se le ve mejor que nunca.
Será porque los moribundos no perciben su propio olor.
1 comentario:
joder! qué panorama más negro! quién quiere ser abuelo así? vaya tela! mas deprimío, que lo sepas! >:oP
me alegro de q vuelvas a la actividad bloguera! Nos tienes a tos desantendíos, se te echaba de menos.
un besote
Publicar un comentario