lunes, 14 de abril de 2008

LAS DOS CARAS DE LA BIBLIA Y EL CRUCIFIJO

No sin sorna, restriega por los laicos hocicos uno de los avispados articulistas del ABC, el hecho cierto de que ZP -y su flamante gabinete- prometiese su cargo ante o sobre un ejemplar de Biblia que perteneció a Carlos IV, y ante o bajo la atenta mirada de una miniatura escultórica que representaba al ídolo impostor desde lo alto de una cruz, tan falsa como el montante de la doctrina que personifica.

Como no me apetece repetir la letanía quejumbrosa de motivos para reciclar sotanas en bayetas para el polvo -y mandar al tajo, de paso, a los fofos y pervertidos maniquíes que las lucían- me lo tomo con idéntica cachaza y me sonrío para mis adentros. Por algo dice el refranero que “cuando el demonio no tiene nada que hacer, con el rabo mata moscas

Por ello, se ha encomendado al empleado de ABC resaltar algo tan evidente como la existencia de un precepto constitucional más pendiente de llevarse a efecto, de forma tan innecesaria como intencionada. Una especie de mudo escarnio al estilo de “chupa catolicismo, ZP, si quieres ostentar lo que los ciudadanos te han regalado”.

Y es que, en este país, aún hoy día hay que pasar por el chantaje religioso para hacer efectivos los derechos ciudadanos.

Hasta ahí la botella medio vacía. Vamos con la mitad llena de la misma botella.

ABC, diario de derechas, ha perdido las elecciones en la misma proporción que las ha perdido el Partido Popular.

ABC, diario de derechas, tendrá que contentarse cuatro años más con azuzar sus perros rabiosos cada mañana contra las piernas de ZP, protegidas sin embargo contra las mordeduras por los votos de los ciudadanos.

ABC, diario de derechas, verá desperdiciados cuatro años más guiando y estimulando al delfín-cachalote designado por Aznar, cuatro años sumando intentos de convencer en vano al eterno aspirante, de su glorioso destino de Don Pelayo Siglo XXI.

ABC, diario de derechas, deberá erigirse en árbitro obligado del Partido Popular, su alma blanca, y arrogarse la tediosa e impropia tarea de atender el patio de colegio en que se ha convertido Génova, sin que sea posible descartar algún que otro caso de acoso escolar. O violencia de género, aunque esta vez a la inversa de lo que viene siendo –desdichadamente- usual.

Entretanto, al módico precio de capitular durante veinte segundos en cuerpo, que no en espíritu, ante el parco e improvisado altar, el bobo solemne y su batallón de modistillas gobernará este país como mejor le venga en gana, siendo lo que el ABC, diario de derechas, más detesta que sea: Presidente del Gobierno de España.

ZP legislará, nombrará y desnombrará; se apuntará las medallas que le correspondan y, con algo de habilidad, también las que no, y evitará si puede la responsabilidad de los posibles fracasos; logrará a buen seguro que la oposición se lo ponga fácil (berrea berrea), porque la derecha española, como sus Diarios ABC, es así, facilona, evidente, previsible y sobre todo simple, muy simple.

Entretanto, el ABC, diario de cirio, capirote y derechas, seguirá inmerso en la impotencia, lanzando cada día su pelotón de quijotes, pluma en ristre, que a cada envite se verán descabalgados por las aspas del tal gigante creado en su imaginación por los Martín Ferrand, Antonio Burgos y Carrascales de turno.

Por veinte efímeros segundos, cuatro años de eternidad.

Me pregunto si Rajoy, por poseerlos, no sería capaz de jurar, durante veinte segundos, sobre la Biblia de Carlos Marx. Porque, al fin y al cabo, ¿quién no ha hablado catalán en la intimidad?