He echado (¡!) mano al Google reader para dar un vistazo a las novedades en los algo más de 300 blogs a los que estoy suscrito, tras lo que me he bajado a repasar manualmente algunos de mis favoritos.
Marco uno de mis preferidos. Es un blog de música. Su propietario apenas ha sido premiado con tres o cuatro comentarios en varios años de bloguero. Alguna vez le leí comentarlo, no sin cierta amargura.
Su blog era de música. Con mucha calidad literaria, humana y técnica. Y digo era porque ha sido eliminado por su autor. Me ha dolido casi como si hubiese echado la persiana el mismísimo Manolo Saco, por mencionar alguno entre muchos buenos blogs.
Su nombre era EL SIGNO DE LA CRUZ, y era un buen, un muy buen blog, donde, inculto de mí, descubrí nada menos que a los Yellow, sin ir más lejos.
Los homenajes los suelen ofrecer las altas instituciones pero, como tú mismo dijiste un día, nadie llevará rosas a nuestra tumba. Pues jódete, compañero, yo voy a llevar una a la tumba de tu blog, tu magnífico blog. También es un poco a la tuya, como bien sabes.
Tuve el buen tino de suscribirme, por lo que conservo todas y cada una de tus entradas, todos tus consejos, reflexiones y recomendaciones. Sin tu permiso, voy a dejar constancia aquí de uno de los post que escribiste desde el fondo de tí mismo, uno de los que más me estremeció.
Va por tí, mi desconocido amigo. Va por EL SIGNO DE LA CRUZ:
El poder del catalizador

Estoy escuchando en estos momentos Dare!, el album que catapultó a la fama a The Human League. Tras dos lps como cuarteto (la otra mitad se escindió creando Heaven 17), algo hizo que vieran la luz... comercial. No tuvieron ni que cambiar de casa de discos, únicamente usaron un nuevo enfoque para encauzar su mensaje pop. Y llegó el reconocimiento que no lograron al principio, que se fue diluyendo con el paso del tiempo. Lo efímero sube como la espuma, luego hay que saber aguantar inteligentemente el momento del descenso. La creación es un proceso caprichoso. Nunca sabes qué es lo que trasciende, nunca sabes qué mueve a las masas a aupar unas cosas y destruir otras. El arte no es cuadriculado. El corazón no es lógico y la cabeza no sabe de sentimientos. Lo importante es estar ahí y aportar inteligencia y saber hacer. Muchas veces todo cae por su propio peso. Mientras tanto no dejéis nunca de escuchar a los que nunca hacen gala de tener la RAZÓN.