
Hugo, Hugo Chávez, ya estaba dando signos de manifiesta incompetencia en algunos aspectos de su ardua tarea de gobierno.
Hugo, Hugo Chávez, parece tonto a veces, aunque no seré yo quien lo afirme inequívocamente.
Citando textualmente al impecable Forrest Gump, tonto es el que hace tonterías.
Hugo, Hugo Chávez, está a punto -si a estas horas no lo ha hecho ya- de hacer una tontería. Prohibir por Ley los video-juegos y juguetes bélicos o violentos.
¿Por...? porque está firmemente convencido de que, en el país de su digno mando, mueren tiroteadas cinco personas al día por la fatídica influencia de estos video-engendros futuristas.
Al menos ha tenido el detalle de no respaldar su decisión en informes de reputados psiquiatras, probablemente porque, los que no trabajan en la seguridad social, están contratados a jornada completa por la Conferencia Episcopal investigando la cura definitiva de la homosexualidad. La fuente de la eterna heterosexualidad.
Ahora, cuando veo esos servers de juegos bélicos on-line repletos de jugadores británicos, alemanes, franceses, japoneses, me pregunto cuándo se les desatará la fiera, cuando se echarán a la calle, G-36 en ristre, vaciando el cargador contra todo lo que se mueva.
Cuándo se me desatará a mí. Me mata la duda, como siempre.