viernes, 16 de octubre de 2009

Episcopalmente Incorrecto

Hace lustro y medio, el progresismo era la moda. Progresismo significaba la ruptura con los conceptos tradicionales, suavización de los criterios y prejuicios favorables a sentencias populares discriminatorias u ofensivas para grupos o costumbres tenidos por minoritarios y/o amorales. En vista del éxito experimental de la nueva ingeniería social, el ala conocida como Conservadora empieza la contraofensiva minimizando el término para ridiculizarlo, como primer paso hacia su desacreditación. Lo primero es referirlo en minúsculas, que es lo que más suele doler. No hay más que ver cuán eternamente ofendida se expresa el alma inmortal de un católico si las referencias a Dios se expresan en minúsculas.
Así nace el vocablo despectivo progre, que engloba toda corriente de expresión que no cuente con el beneplácito del nacional-catolicismo español de toda la vida. A través de la blogosfera se ha extendido rápidamente como arma de descalificación masiva, un cruel procedimiento estigmatizador que, en teoría, le inhabilita a uno como ciudadano.
Pero como está demostrado que todo es susceptible de empeorar, la corriente Neocat al completo conviene el cuño, a modo de puntilla al Progresismo, de un invento aún más innovador e imaginativo: lo políticamente incorrecto. Un políticamente incorrecto no es más que un rebelde con causa -y oficialmente censado- contra la dictadura nazi/genocida de ZP. Ahí es nada. Un valiente que se atreve, a pesar de vivir bajo el yugo insoportable del estricto régimen de censura comunista Zetapeiano, a expresar libremente su opinión, con grave riesgo para su vida, su familia y su patrimonio. Todo un héroe. Una especie de Emo Campeador nadando siempre a contracorriente, combatiendo al infiel. Rotundamente admirable.

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Pero la teoría de la evolución funciona, digan lo que digan, y por la vía del desprendimiento surge -o acaba de surgir en este momento- la idea de lo Episcopalmente Incorrecto.
Episcopalmente Incorrecto es todo aquél que no opine que ZP y su cuadrilla son monstruos que cenan fetos recién abortados con patatas y kepchup. Si además eres ateo o agnóstico, encabezarás la lista negra para la próxima cruzada de la cristiandad contra el comunismo.
La opinión pública se decanta en estos tiempos por los autoproclamados Liberales, que son los mismos nacional-católicos de arriba, pero desencantados de nuestra derecha, nieta política del franquismo, pero díscola y tontorrona como la carnal del Generalísimo.
Ahora, reivindicar la exclusión de las ideologías -y sus accesorios- del ámbito educativo, el mantenimiento de unas opciones razonables para interrumpir tu embarazo -si te da la real gana y estás segura de que dirigir una planta entera de unos grandes almacenes no te va a dejar tiempo para la depresión postaborto-, insinuar que el entendimiento entre civilizaciones aún es una opción viable, razonar que el marxismo merece tantas oportunidades como le están siendo concedidas al capitalismo, o exigir que la sotana no oculte el estigma del delincuente sexual, te hace quedar como el culo. Te has pasado de progre, que normalmente ya no se atreven a tanto, y te has precipitado al abismo de lo Episcopalmente Incorrecto.
La minoría católica militante está ganando la partida, y no está de más reconocerlo, y felicitarles por ello. La ignorancia, cuando es elegida y se combina con el fanatismo, es lo que tiene. Convierte a los seres humanos en moscas cojoneras que terminan por amargar la vida al más pintado, hasta el extremo de que ya igual te da que chupeteen la tortilla o se paseen por el borde del vaso de cerveza.
Así que mira, me voy a rezar el angelus y tocarle las bolas al rosario. Pero que dejen de zumbar un rato...

Quién será quién

Serán más buenos que el pan, no digo que no, pero dan grima. Serán honesto y leales, sus intereses serán legítimos, no digo que no, pero dan grima. Si la grima brota de los espacios comunes que comparten, no lo se. Hay gente intachable, diligente y repleta de virtudes cuyo rostro, sin embargo, refleja justo lo contrario. Igual ocurre con muchos indeseables que portan una faz aflable que invita a la confianza. El arte está en distinguirlos.

Los Otros

El mandamás de este gobierno tan raro y presidente de una etapa tan atípica, ya puede apuntarse el milagro. No el milagro antigrasa de la próxima excomunión de donuts y bollicaos, ni el milagro de conseguir que cuando explota una burbuja salpique mierda en lugar de jabón, ni siquiera el milagro mayúsculo de que su homónimo norteamericano le eche el brazo por encima sin exigirle a cambio una gracieta en mexicano.

José Luis ha conseguido lo que parecía imposible: Formar un tercer grupo de opinión. Destruir definitivamente el bipartidismo de facto imperante durante 30 años. Desgajar votantes de su partido y del partido de Rajoy para conformar un batallón de disidentes que aún no tienen claro en torno a qué hoguera reunirse. Y no, no se trata de los conversos de Rosa Díez, ni se ha cocido el invento en un mes. Ha sido un proceso al chup-chup, día a día, ley absurda e inservible tras ley absurda e inservible, chapuza tras chapuza, obsesión tras obsesión, durante el cual ambos se han dejado mutuamente en evidencia y, sobre todo, han conseguido que parte de la población se arrepienta de haber votado. A uno, u a otro, indistintamente.

Mucho me temo que los disidentes irán a engrosar el ya espantoso -e inexplicablemente obviado- porcentaje de abstemios de la urna. Otra legislatura transcurre y la Ley Electoral permanece inalterable, megalítica, para dejarnos claro que votar distinto es no votar. De nuevo, partidos de ámbito nacional como UDP e IU (Convocatoria por quien se deje), entre otros, y que podrían suponer una alternativa, se sabrán estafados y a pesar de todo, callarán. Quizá por motivos idénticos a los que hacían callar al Lazarillo. Pues no seré yo quien les saque las castañas del fuego.

En este peculiar espectáculo futbolístico -y digo peculiar por terminar la entrada sin palabras gruesas- que han orquestado pulcramente estos dos pusilánimes antilíderes, si te desmarcas por la banda, tienes el fuera de juego asegurado.