miércoles, 25 de agosto de 2010

Buenas ideas. O no.

Lo de la alianza de civilizaciones está muy bien, incluso hay quien sostiene (yo) que es mejor idea surgida desde los principios resultantes de la revolución francesa. Pero sucede que las alianzas, todas la alianzas, se forman cuando dos o más consideran positiva la ocurrencia. ¿Está en el ánimo de las distintas civilizaciones contemporáneas una cooperación en términos de justicia e igualdad entre ellas? El Occidente Cristiano, el Islam, la Cultura Oriental, las Religiones Animistas, las minúsculas y apocadas Culturas Tribales que salpican el planeta ¿existe la capacidad, la voluntad y la posibilidad de una integración a base de lugares comunes hallados entre ellas?

Poco o nada tiene que ver con esta filantrópica aspiración la construcción de un centro religioso musulmán en el antiguo emplazamiento de las defenestradas torres gemelas neoyorquinas.
La zona cero.GETTY IMAGES

Pasado el tiempo, ya consiguen poner cara de póker y aguantarse la risa, pero en los días posteriores al atentado el mundo islámico era una algarabía, celebraciones y alegría sin fin por el apoteósico abatimiento del gigante yanqui se extendieron como un reguero de pólvora prendida. Cada cuál se regocija para sus adentros por aquello que mejor le viene en gana. Pero entonces, los damnificados que -en este caso y otros similares que le sucedieron- son el resto de ciudadanos del planeta, no pueden ser objeto de exigencias amnésicas de la envergadura de la que se está proponiendo.

Erigir tal edificio en tan macabro lugar equivale a levantar una sede del partido nacional-socialista alemán en un campo de exterminio nazi, argumentando que no todos los nacional-socialistas alemanes son nazis y mucho menos antisemitas.

Se que más de la mitad de mis siete lectores están, a estas horas, tachándome de simplista y demagogo, por lo menos.

Pero como el daño ya está hecho, voy a poner la guinda e intentar alcanzar el máximo simplismo y demagogia posibles: son dos los pájaros que se está en vías de matar de un tiro. Por una parte, poner una pica en flandes, por así decirlo, sin que necesite este extremo más explicación. Por otra, mediante la denominación del proyecto como Iniciativa Córdoba, pasar una socarrona nota por debajo de la puerta sobre la ya conocida y, por el momento utópica, aspiración de facciones islámicas sensiblemente descentradas de recuperar Andalucía para mayor gloria de Alá.

Un aspecto añadido a los recién comentados es el político. Según los sondeos publicados, alrededor del ochenta por ciento de los ciudadanos eeuuenses directamente implicados -o afectados de una u otra forma- no desean ver realizado el proyecto.

Cuesta entender la determinación de forzar la ejecución de actos de una ambigüedad como la que éste implica, acreedor por ende de una considerable colección de pros y contras, en un país donde se somete a sufragio popular hasta las más anodina ordenanza municipal.

No, no creo que sea buena idea.


También: Propuestas para la Zona Cero.