lunes, 19 de octubre de 2009

Si Lucifer significa Señor de la Luz, alguien lleva miles de años falseando la historia. Sólo falta averiguar porqué.
Philip Kargan Stoiber

Incluso 250 mil, son cuatro gatos.

Mayor Oreja admite que el PP "miró para otro lado" con el aborto cuando estuvo en el Gobierno

Diario de Sevilla

Asume la "responsabilidad", aunque justifica la actitud del partido en que el debate y las asociaciones 'Provida' "no estaban vivos". Leer más

Educación para la Feligresía

Volviendo al tema del adoctrinamiento en el ámbito educativo, hay webs y blogs frikitólicos presumiendo de un puñado de miles de alumnos que han tenido la suerte de nacer de una semilla, que se creía extinta, de neanderthal. Es como ser hijo de un celacanto, pero en seco.

Me alegro infinito de dicho logro, a mí tampoco me parece que Educación para la Ciudadanía sea un asunto inocuo, como ya creo haber dejado claro.

Sin embargo, si el concepto estriba en exiliar de las escuelas cualquier tipo de adiestramiento, lavado de cerebro o adoctrinamiento, la primera que sobra es la Religión Católica. De hecho, es casi un crimen contra la humanidad que tamaña cantidad de supercherías, hechos absurdos y personajes infames de biografía tergiversada sigan siendo mostrados a los alumnos como hechos probados.

El poder mediático y político del Catolicismo en este rincón de Europa es inmenso, y el chantaje y hostigamiento continuo a las Instituciones lo pagan los ciudadanos en forma de multitud de perjuicios que no habría tiempo ni lugar para enumerar.

El nuevo objetivo es la película "Agora". No citaré enlace alguno, porque un ligero vistazo a la web es suficiente para comprobar que la cabeza de su director es lo que se pide. No ocurrió lo mismo cuando la trama de la película trataba de una chica opusina que veía venerables espejismos por los rincones y constituía un canto al dolor y el sufrimiento como prenda de sacrificio a los dioses.

Lo católico, cansa. Agota. Domina las ciudades, sus horas, sus días y sus noches, pero quiere más. Lo católico es insaciable. Incansable. Asalta el cuerpo y la mente de quienes desean vivir libres de fantoches perdonavidas, un gota a gota torturador. El motivo por el que a sus negros sumos sacerdotes no les está permitido fundar una familia, no es otro que asegurar su disponibilidad absoluta para divulgar sus insanas falacias y allanar el terreno donde se construye a cada instante el camino hacia el poder.

Un día, inesperadamente, un acólito se pregunta por qué su Iglesia se enfrenta a tan alto número de enemigos. Llorará con lágrima de cocodrilo el que la religión del amor sufra tamaño maltrato e incomprensión.

Se conmemoran hechos acaecidos en 1492, pero no habrá maestro que acierte a recordar a sus alumnos que, en la Barcelona de 1487, casi doscientas personas fueron quemadas con el fin de espantar a los pocos judíos que quedaban en la ciudad, tras el decreto de expulsión. Que los Reyes Católicos, con ese decreto, acabaron con el floreciente comercio de las ciudades porturarias y muchas otras de interior, y que quizá a ellos le debamos el retraso de siglos que ahora nos asfixia.

La deportación de los españoles de raza judía fue un hecho atroz, con escenas similares las correspondientes a los éxodos masivos actuales, miles de personas despojadas de sus posesiones, miseria, hambre y muerte.

Éso también es historia de las religiones. E historia del Catolicismo, y sus Perros.

Ocultarlo también es adoctrinar.

Paradójicamente, si el Gobierno cediese al chantaje del 17-O e ilegalizase el aborto en España, ocurriría que, en adelante, sólo quienes estuvieron presentes en dicha concentración tendrían, de nuevo, posibilidades de abortar.
Philip Kargan Stoiber