martes, 31 de agosto de 2010

Un mega, dos megas, tres megas

Las suministradoras de servicios de internet son de lo que no hay, por motivos que todos conocemos en mayor o menor medida. Uno de los bienpagaos de Telefonica punto com se ha dejado caer recientemente con un discurso de solidaridad que me ha hecho nacer dos lágrimas emocionadas. Ha caído en la cuenta, él solito, de que según las estadísticas el 98% de los usuarios de internet dan mala fama al resto. Ahí es nada.

Observando atentamente las estadísticas del administrador de tareas de su portátil, le ha venido la inspiración y descubre que un porcentaje muy pequeño de internautas hacen un uso abusivo de la red, de forma que ésta, la peor y más cara de Europa, se ralentiza y acaba perjudicando a esos santos usuarios del facebook y el messenger, que hacen un uso racional de la banda megalítica, quién sabe si con la oculta y loable intención de salvar el planeta, con ese slogan de que cuanto menos consumes, más ahorras. Será por perogrulladas.

Yo era feliz con mi mega. Pero una compañía me ofreció tres, y la avaricia me pudo. No noté demasiado la diferencia, sólo en el precio, pero a no tardar acabé abandonando ésta por otra que se me insinuó con seis megazos de vellón, que ya era volar sin probar la maría.

¿Cuánto duré con ella? no sé, poco tiempo. Los diez megas de banda ancha, autopista de ciberpeaje, ya era lo más. Eran casi setenta euros al mes, pero merecía la pena. Podía navegar sin cinturón y derrapar en las curvas a la velocidad que se me antojara, porque con esa amplitud no había forma de salirse.

Por eso no entiendo que este idiota se deje caer ahora con semejante ejercicio de hipocresía.

Es como si el propietario de un buffet libre se quejase de clientes con gula compulsiva. Yo pago lo estipulado para comer todo cuanto mi estómago y mi salud me permitan, pero cuando ya ha cobrado, me recrimina que no quedan platos para clientes más comedildos comedidos.

Buen negocio.

No piensa este empresario ejemplar, vistas las suculentas ganancias, en aumentar el tamaño del salón y la cantidad y calidad de los manjares. No. La solución consiste en que, pagando igual, el usuario consuma menos para que haya para todos. Éso es ecologismo.

Como apuntaron los inolvidables Martes y Trece: "Telefónica: siempre jodiendo".

Quiero mi Ley.

La ley de libertad religiosa se crea para asegurar que podrán practicarse libremente religiones distintas a la católica. Pero era innecesario a todas luces, porque la Constitución así lo asegura, y no hacía falta enrrollarse tanto en un tema tan simple.

Sí necesito, aunque sea para mí solo, una ley de Seres Libres de Religión, en virtud de la cual pueda demandar judicialmente a quien afirme que el ateísmo es una forma de creencia, ya que implica que crees que dios no existe. Por gilipollas, enrevesado, malformado psíquico y liante, más que nada.

Como alternativa, exijo el cobro de una pensión estatal vitalicia que compense mi minusvalía religiosa, dado que los illuminati gozan de una estabilidad emocional y proyección de futuro hasta la eternidad que les posibilita el disfrute de una felicidad inmensa, de la que yo carezco. Por lo tanto, visto el estado de depresión nerviosa pre-mortem continua en que vivo, solicito para mí y otros como yo la adjudicación de la mencionada pensión, dándome el capricho de sugerir la asignación de dicha prebenda a la partida presupuestaria de la que brotan, como agua de rosas, las subvenciones a colegios católicos concertados.

Si miles de curianos cobran cada mes de la buchaca sin el menor control horario, asistencial o competencial, ¿porqué yo no?

¡¡Larga y Gran Vida Para Todos!!

¡Hiro!


viernes, 27 de agosto de 2010

jueves, 26 de agosto de 2010

¿Carrusel de Niñatos?

Ahora que ha concluido felizmente, me lo estoy pasando en grande cotilleando en los entresijos del asunto de las oenegés expendedoras tickets de eso que han dado en llamar turismo solidario.

Resulta que servidor era el único que no sabía un montón de cosas que, al respecto, resultaba obligatorio saber.

Como que las llamadas caravanas solidarias, son en realidad una especie de excursión exótica de alto riesgo (como el montañismo, por ejemplo) organizadas por tipos de clase media alta a través de ONGs que, con dinero público obtenido del IRPF mayormente, realizan para llevar personalmente sus regalitos a los niños pobres del mundo tercermundial, estén donde estén. Con dos cojones.

También he conocido por fuentes no del todo descabelladas, que la suma del coste de la excursión más el transporte terrestre a velocidades caracolinas ha sido valorado en unos cuarenta mil euros, mientras que de haberse efectuado el envío por medios reglados y seguros como el barco o el avión no hubiese sobrepasado los mil quinientos.

Fuente fotografía: www.elmundo.es
Son los lectores/comentaristas de noticias de los periódicos nacionales quienes han dado la voz de alarma y arrojado luz sobre tan interesante asunto.

La vida de un europeo dado de alta en la seguridad social y que paga religiosamente sus impuestos, no tiene precio.

Por éso no nos duele en prendas los varios millones de euros más pagos en especie desembolsados rumbosamente para salvar el pellejo de estos héroes desenmascarados y cantamañanas. The President Montilla, éso sí, se ha revuelto un tanto y asegura que estos desfiles como de Cibeles hay que estudiarlos más detenidamente. O suspenderlos, según fuentes oenegeistas catalanas, directamente.

La iniciativa de bautizarlos como "niñatos" no es mía. Se la he copiado a un tal Salvador Sotres, columnista de El Mundo, que ha puesto a los ahora dichosos cooperantes como a caer de un burro, pero subiéndolos y dejándolos caer de nuevo trescientas veces. Y no ha sido el único. ¡Qué país de inconformistas!

Sigo con las opiniones de los contribuyentes, que sólo me quedan ciento noventa. Ya contaré.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Buenas ideas. O no.

Lo de la alianza de civilizaciones está muy bien, incluso hay quien sostiene (yo) que es mejor idea surgida desde los principios resultantes de la revolución francesa. Pero sucede que las alianzas, todas la alianzas, se forman cuando dos o más consideran positiva la ocurrencia. ¿Está en el ánimo de las distintas civilizaciones contemporáneas una cooperación en términos de justicia e igualdad entre ellas? El Occidente Cristiano, el Islam, la Cultura Oriental, las Religiones Animistas, las minúsculas y apocadas Culturas Tribales que salpican el planeta ¿existe la capacidad, la voluntad y la posibilidad de una integración a base de lugares comunes hallados entre ellas?

Poco o nada tiene que ver con esta filantrópica aspiración la construcción de un centro religioso musulmán en el antiguo emplazamiento de las defenestradas torres gemelas neoyorquinas.
La zona cero.GETTY IMAGES

Pasado el tiempo, ya consiguen poner cara de póker y aguantarse la risa, pero en los días posteriores al atentado el mundo islámico era una algarabía, celebraciones y alegría sin fin por el apoteósico abatimiento del gigante yanqui se extendieron como un reguero de pólvora prendida. Cada cuál se regocija para sus adentros por aquello que mejor le viene en gana. Pero entonces, los damnificados que -en este caso y otros similares que le sucedieron- son el resto de ciudadanos del planeta, no pueden ser objeto de exigencias amnésicas de la envergadura de la que se está proponiendo.

Erigir tal edificio en tan macabro lugar equivale a levantar una sede del partido nacional-socialista alemán en un campo de exterminio nazi, argumentando que no todos los nacional-socialistas alemanes son nazis y mucho menos antisemitas.

Se que más de la mitad de mis siete lectores están, a estas horas, tachándome de simplista y demagogo, por lo menos.

Pero como el daño ya está hecho, voy a poner la guinda e intentar alcanzar el máximo simplismo y demagogia posibles: son dos los pájaros que se está en vías de matar de un tiro. Por una parte, poner una pica en flandes, por así decirlo, sin que necesite este extremo más explicación. Por otra, mediante la denominación del proyecto como Iniciativa Córdoba, pasar una socarrona nota por debajo de la puerta sobre la ya conocida y, por el momento utópica, aspiración de facciones islámicas sensiblemente descentradas de recuperar Andalucía para mayor gloria de Alá.

Un aspecto añadido a los recién comentados es el político. Según los sondeos publicados, alrededor del ochenta por ciento de los ciudadanos eeuuenses directamente implicados -o afectados de una u otra forma- no desean ver realizado el proyecto.

Cuesta entender la determinación de forzar la ejecución de actos de una ambigüedad como la que éste implica, acreedor por ende de una considerable colección de pros y contras, en un país donde se somete a sufragio popular hasta las más anodina ordenanza municipal.

No, no creo que sea buena idea.


También: Propuestas para la Zona Cero.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Fotografía: noticias.es.msn.com
Las cifras cuadran. Mientras el cincuenta por ciento de los españoles padece estrés post-vacacional, el otro cincuenta por ciento sufre desempleo, merma de sus pensiones o es víctima de un sistema educativo al que calificar de "penoso" sería piropearlo.

 No indica el estudio -es de suponer que tras cifras tan precisas existirá un pulcro estudio- cuál podría ser la raíz, la causa de los síntomas, exceptuando la escueta alusión a su equivalencia con volver al infierno.

Pero, ¿quién nos dice, tan ambiguo y escurridizo como es el sentido de la existencia, que el tal estrés no es una reacción alérgica encubierta contra los sinsabores vacacionales? ¿quién no ha regresado, en alguna ocasión, tras realizar el que su imaginación presentaba como el viaje de su vida, pero freudianamente defraudado y con tres mil eurazos -que tampoco sobraban- menos en la bolsa, para los que a destiempo se le ocurre un destino mucho más sensato?

Los expertos, en su candidez de expertos, proponen una serie de remedios a cada cual más obvio, infantil y, por tanto, ineficaz.

El mío es el siguiente: unos días antes del temido retorno, auto sugestionarse con la idea de encontrar a su regreso, en el buzón, la notificación de despido de su empresa o la suspensión de sueldo, que no de empleo, por alguna picaresca laboral que Ud. mejor que nadie conoce.... acérquese temeroso, llavecilla en mano, convencido de que en el interior del cajetín metálico encontrará, ensobrado con satánico mimo, el certificado de finalización de sus días felices.

Si todo ocurre según lo previsto, su primer día de trabajo se convertirá en su apoteosis inicial, en un reencuentro lúdico/romántico inolvidable.

En caso radicalmente contrario, ni este blog ni sus administradores se hacen responsables de... bla...bla...bla...

Al fin han sido apartadas de la frontera marroquí esas tentadoras mujeres policía de cabellos ceñidos con gorra, sus esposas al cinto, sus cueros centelleantes y provocativas porras multifuncionales colgando de la cadera, que a buen seguro haría las delicias de más de un embabuchado aficionado al bondaje. A joderse tocan, ellos y la Menestra de Igualda-questéncomoque-nostén que, que yo sepa, no ha dicho ni mú, por decir algo en favor de la ganadería.

Aunque la fama de porculeros la tienen los vecinos de arriba, en este caso los de abajo no les van a la zaga, y parecen decididos a dedicar vida y hacienda a mangonear las zonas comunes, aprovechando la timidez del colindante, que calla y calla por ahorrarse soeces disputas de patio. Y es que el que tiene clase, tiene clase. Y sólo éso.

Parece mentira que el Islam, de jovencito, cursara en la Península Ibérica su flamante beca Erasmus particular durante varios siglos. Es como para que ya nos conociera.

Que disfrazar a sus hembras de “Kinder Sorpresa” andante no hace sino soliviantar, aún más si cabe, la curiosidad y concupiscencia de los varones nacionales; que si en verdad desean que sus mujeres -esposas, hijas y resto de parientas- pasen inadvertidas, nada mejor que confundirlas con el paisaje, con el paisanaje.

Quijotes e idealistas como somos, una bulto misterioso, aunque contenga una mierda, siempre nos llamará más la atención que un rosado y poco hecho entrecot a la pimienta despatarrado sobre el plato, que éso ya se lo preparan muchos en casa.

Parece mentira, ya digo.

Éso de la “Erótica del Poder” deber ser una milonga, porque un alcalde rústico del PP se ha soplado él solito 5700 euros en llamadas telefónicas a líneas verdes, y no precisamente del SEPRONA. Es un ejemplo evidente de desorganización y falta de conocimiento y aprovechamiento de los recursos internos del propio partido. Teniendo tanto donde elegir, ¿habrá morbo mayor que la voz de Espe, insultante y socarrona; ese timbre con mechas y sabor a cóctel raro, de Cospedal; el discurso de teleoperadora, sensual y regordeta de Santamaría jugando a caperucita dispuesta a comerse al lobo; o la gangosa y whiskera -voz- de Celia llamando al pan pan y al pene, polla?
Estos demócratas cristianos, siempre buscando fuera lo que tienen a espuertas en su casa.

viernes, 13 de agosto de 2010

Enlace para quien le pueda interesar:e para quien le pueda intere

"Como no podían acusarme de mentiroso, me acusaban de indiscreto"
Fernando Díaz-Plaja
Anecdotario de la España Franquista

martes, 3 de agosto de 2010

Juan el Ventrílocuo y otras nimiedades por el estilo.



Joan Carles de Borbón intentó en primera instancia y obedeciendo los cánones básicos, hacer entrar en razón al presidente del gobierno y persuadirle para que tomase THE CRISIS un poco en serio; los pobres resultados obtenidos le dirigieron hacia el BOSS de la oposición, blandiendo idénticas intenciones; y como de donde no hay raro es sacar, cabizbajo y ojeroso se refugia en sus aposentos, primero, y en sus reales distracciones y deberes constitucionales, después.


Pero Joan no es presa fácil si le tocan las campanillas, así que haciendo Gala como en Cinco Horas con Mario de la paciencia júhta y presisa para darle palique a un muerto u objeto tan sordo como inanimado y además quedarse tan ancho, allá que se me va a la IGLESIOTA de Compostela a lucir su azul y fino sentido del humor. Atraca por la retaguardia al barbado muñeco y susurra directo a la oreja de madera: "sálvanos, arráncanos de esta crisis que nos está matando, llevando al huerto de la Jet-Set y el Maní...". Para terminar la faena con el necesario decoro bueno hubiese sido que, aunque fuese moviendo tenuemente los labios como una maricarmen ventrílocua cualquiera, haber entrado al engaño haciendo contestar al Santo Poltrón de las españas: "ézo eztá jesho, maeztro", mientras el botafumeiro pajeaba sin prisa ni miramientos el punto G de la catedral. El despiporre. Si la vergüenza, entre ajena y torera, no me lo impidiese, pensaría que en este país ya no queda atisbo de dignidad.


Y ya que hablamos de dignidad y continuando con las nimiedades, mención especial para Barna, la ciudad con ley, la ciudad sin toros, la urbe más cara -o carera- del mundo incivilizado, donde los tauranos, los forofos de la selección de fútbol y los fans de Manolo Caracol se encarnan en una sola persona, como una trinitat sabia y fiera a un tiempo, la capital sin ciudadanos propios, la Nueva York del Tercer Mundo.


Así va transcurriendo el verano, como otro verano cualquiera, con sus turistas ahogados y despeñados, con sus pirómanos, sus bañistas soñando con vislumbrar la aleta del tiburón que dará un aliciente al tedio que siempre impregna el ocio, mientras se compadecen del buzo de la piscina o el vigilante de la playa, sospechosamente incombustibles, como de amianto. ¿Porqué no les enviarán a sofocar los incendios forestales?