Las cuentas no me salen. Ni me entran. No comprendo la filosofía que ha impulsado al gobierno a tomar este atajo en la nivelación de las cuentas públicas, pero me da la espina que tampoco va a funcionar. En todo caso, el aspecto fundamental radica en que con esta subida se produce un nuevo incumplimiento de las promesas del Presi: la crisis no la pagará la clase media y trabajadora. Pues sí, a este paso, la va a volver a pagar. Y éso después de abonar a los bancos 1.500 euros por cabeza, que aunque no lo hayan arrancado directamente de mi bolsillo, de lo que es el impacto emocional aún no me he recuperado.
Hubiese sido mucho más simple y justo duplicar el I.V.A. de las joyas, de los yates, de los jets, de los vehículos que excedan la categoría de utilitarios, de los cruceros, de los restaurantes que sirven flores en lugar de filetes, de los viajes a destinos demasiado exóticos, de los hoteles de 5 estrellas y un pulsar, de las viviendas de más de 120 metros cuadrados, de la alta costura, retomar del impuesto de transmisiones patrimoniales, y un largo etcétera que se me ocurre y que cae por su peso: adquisiciones que sólo pueden permitirse las rentas altas y muy altas, y a cuyas cuentas igual les da un porcentaje que el triple de éste.
También podríase limitar la percepción de 2.5oo euros por hijo a aquellas familias que lo necesiten, condicionar toda ayuda estatal en cualquier ámbito al casi siempre infalible baremo de ingresos del beneficiario, por ejemplo.
Éso, Presidente, sería evitar que la clase media pague la crisis.
Hubiese sido mucho más simple y justo duplicar el I.V.A. de las joyas, de los yates, de los jets, de los vehículos que excedan la categoría de utilitarios, de los cruceros, de los restaurantes que sirven flores en lugar de filetes, de los viajes a destinos demasiado exóticos, de los hoteles de 5 estrellas y un pulsar, de las viviendas de más de 120 metros cuadrados, de la alta costura, retomar del impuesto de transmisiones patrimoniales, y un largo etcétera que se me ocurre y que cae por su peso: adquisiciones que sólo pueden permitirse las rentas altas y muy altas, y a cuyas cuentas igual les da un porcentaje que el triple de éste.
También podríase limitar la percepción de 2.5oo euros por hijo a aquellas familias que lo necesiten, condicionar toda ayuda estatal en cualquier ámbito al casi siempre infalible baremo de ingresos del beneficiario, por ejemplo.
Éso, Presidente, sería evitar que la clase media pague la crisis.