domingo, 18 de octubre de 2009

Ya está. Y ahora, ¿qué?

Desarrollo

Bien, pues ya ha transcurrido el gran día. La tarde memorable. Más de un millón de personas contrarias a cualquier norma que permita realizar un aborto, unas, junto a otras que abogan por mantener las condiciones impuestas por la Ley vigente hasta el día de hoy, según se desprende de la asistencia al acto como manifestante de Aznar, Aguirre, Mayor Oreja, etc., miembros del que fue gobierno de del PP durante 8 años, durante los que no sólo no se esbozó el menor gesto tendente a una regulación a la baja de la actividad abortiva, sino que supuso un auténtico pistoletazo de salida en el aumento del número de interrupciones del embarazo.

Consecuencias

Cabe ahora preguntarse qué actitud adoptará el gobierno al respecto. Y cual sería el siguiente paso de las organizaciones que promueven la supresión legal del aborto.

Por multitudinarios que estos mítines puedan llegar a ser, la tradición hispánica en estos casos es minimizar a toda costa el impacto social creando la confusión suficiente en cuanto al número de participantes, por un lado, o la línea sorda al más puro estilo González y Aznar. Permítanme volver sobre la curiosidad política que supone la presencia de Aznar en una manifestación antiabortista.

Según las primeras noticias, en esta ocasión todo se ha sucedido de forma cívica y ordenada, sin grandes aspavientos ni vestiduras rasgadas. Serenamente en definitiva. De lo cual, personalmente, me alegro. Las formas y la educación es el primer paso para conseguir cualquier objetivo. También éste.

El PSOE haría bien en preocuparse por el cariz que está tomando la tramitación de esta Ley. Si abordar una reordenación que -probablemente- era innecesaria, ha venido impuesto por la necesidad política de crear focos de atención secundarios que desviasen la atención de otros aspectos socio-políticos del país, ha pinchado en hueso. Y con toda seguridad ya era consciente de ello antes de hoy.

Crear cortinas de humo puede traer consecuencias inesperadas. Y en un tema espinoso como el aborto, que fue recibido en su día como un avance social de primera magnitud, puede acabar incluso forzando un paso atrás en un asunto de una complejidad extrema y que nunca ha dejado de levantar pequeñas ampollas. Si se hurga airadamente en éstas, pueden convertirse en heridas dolorosas y sangrantes.

Con los pies en el suelo

A pesar de que la jerarquía católica pretenda monopolizar y dogmatizar sesgadamente todo lo concerniente a los principios éticos, éstos son patrimonio de todos y cada uno de los individuos que componen, de una forma u otra, una sociedad.

Sería deseable que ninguna mujer sintiera la necesidad de interrumpir su embarazo. Pero la realidad es que, a pesar de los consejos y ayudas que se les pudiera ofrecer, sigue habiendo mujeres que prefieren interrumpir su embarazo. No se trata de mujeres engañadas o necias. No pertenecen a clases sociales "desafortunadas", incultas y mal aconsejadas, ni es una penosa situación económica la que les empuja dramáticamente a optar por el aborto, como desde los frentes antiabortistas se ha querido vender con supuestos testimonios al más puro estilo Nieves Herrero, entre otros artificios simplones y sensibleros. Aunque puede, desde luego, darse cualquiera de esas circunstancias u otras parecidas en muchas mujeres.

Pero descartados estos casos -muchos, si se quiere- en que una mujer puede recibir el auxilio que la anime a continuar su embarazo, aún así, permanecen situaciones en las que, libre y voluntariamente, decide abortar con total convencimiento y sin que ello implique necesariamente que acabará cortándose las venas, víctima de su conciencia.

Y es ahí, en ese número indeterminado de casos, donde radica la auténtica complejidad de la legalización o no del aborto. Un embarazo afecta y modifica la biología y la estructura mental de una mujer, por lo que no se puede afirmar con rotundidad que no tenga ni voz ni voto respecto a lo que está ocurriendo en su organismo. ¿Que son intereses encontrados? desde luego. Pero no es menos cierto que la frivolidad juega en ambos bandos.

Llegados a este punto, me pregunto qué lleva a un ser humano a arrogarse la facultad, la autoridad de interpretar y ordenar la vida y emociones de otro. Y sigo sin obtener respuestas válidas. Yo no abortaría bajo ningún concepto. Pero tú, no eres yo.

10 comentarios:

MariaJU dijo...
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MariaJU dijo...
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MariaJU dijo...
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MariaJU dijo...
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MariaJU dijo...

1ª parte
Amigo Pincho, yo tampoco soy proabortista en principio, esto es, en las condiciones de vida q afortunadamente me ha regalado el azar (no se nos olvide el factor azar). Pero luego miras a otras mujeres y digo mujeres porq es en su cuerpo dnd se ha de librar la batalla de "aborto sí" o "aborto no" y piensas: esas condiciones me pondrían contra las cuerdas en caso de embarazo.

Quizá voy a hacer un circunloquio un poco largo para llegar a mi conclusión, pero es necesario. Estamos en un mundo falócrata por antonomasia dsd hace milenios. No sabría precisar cuántos, pero 2 milenios como mínimo, son muchos.

La igualdad de derechos entre los dos géneros no ha hecho nada más q empezar y, además, con pie falso. Sólo a un puñado de mujeres occidentales se les ha hecho creer q viven en un estatus igual q al de los hombres, pero es quimérico, entre otras cosas porq el rol q le hacen asumir es el q se ha venido considerando como propio del varón, no inherentes al género, pero si catalogados como masculinos a lo largo de la historia y yo, supongo, en mis cortas luces, q las cualidades atribuidas a las mujeres y sesgadas a los hombres, pero sí potenciadas dsd hace milenios junto a los antivalores atribuidos (inferiores, cobardes, falsas, menos inteligentes, etc) q tp son inherentes en su naturaleza, han sido eliminadas de status de poder.

Ni q decir tiene q la mujer qu llegue a esos estatus ha de dejar muchas cosas en el camino pertenecientes al ámbito de la emotividad (al igual q los hombres) y además demostrar q es una superdotada en el todos los sentidos, mientras ellos derrochan muchísimas menos energías en validar su aptitud para la misma función a desempeñar...

MariaJU dijo...

2ª parte
...
Lo anterior expuesto es obvio, pero ahora surge la pregunta ¿por qué tanta lucha y dolor para la equiparación de géneros? Fácil, si en el reparto de tareas para la subsistencia no se le hubiera dado una plusvalía a ciertos trabajos, casi siempre asumidos por los varones, en detrimento de otros, atribuidos a las mujeres en algún momento fatídico de la historia de la humanidad, nadie se consideraría más q nadie y por ende, nadie lucharía por equipararse al otro. Las mujeres no tendrían q tener dos trabajos para q sus compañeros las consideren iguales, el reparto de tareas sería pactado y en función de intereses de pareja e hijos, y estos, pues posiblemente no habría q abortarlos o dejarlos dsd q son bebés al cuidado de manos ajenas para ganar un sueldo… luego nos quejamos del desapego y la maledicencia de nuestros jóvenes, pero nuestra sociedad los incita a la violencia dsd q se les niega el roce materno o paterno en sus primeros años de vida en servicio 24 horas.

Bien, pues la tarea de ama de casa, de cuidar hijos, maltrecha en dos milenios como mínimo, no ha conformado a muchas mujeres y no es de conformidad jamás la esclavitud. Además con el agravante de q no sólo su trabajo ha sido menospreciado, tb ellas mismas en su condición de mujeres y como ellas no son menos inteligentes por mucho q se hayan empeñado en hacerlo creer pues han desatado su cólera en muchos casos a pesar de enfrentarse a malos tratos o a la muerte o han desarrollado recursos para salir del estatus de desigualdad de la forma q han podido desde su cruel represión milenaria. Y como todo lo q se deriva de la violencia sólo genera violencia, desembocamos en una vorágine de situaciones dramáticas q hay q tragarlas con toda su hiel aún a riesgo de la vida. Es aquí donde los conceptos te ponen contra las cuerdas: la educación, la moral recibida, q muchas veces crea un desapego entre padres e hijos. Hijos aún no se atreven a hablar con sus padres de cuestiones sexuales, es comprensible pues q una chica con 16 años, madura sexualmente, tenga miedo de hablar en casa de un posible embarazo y decida ir personalmente a por el abortivo para evitarse problemas de enfrentarse a la familia, problemas q se evitarían si sus padres hubieran tenido una educación sexual sana libre de falsas moralidades y q a su vez estos la hubieran dado a sus hijos, porque no se trata de eliminar de un plumazo los instintos naturales, ya q sería como ponerle puertas al campo, por tanto la solución es encauzarlos para q los jóvenes gocen del bullir de sus hormonas sin q ello le cause ningún problema. Obvio pues q habría q fulminar, desintegrar, la moral q se ha estilado hasta ahora y q reprime la sexualidad de forma salvaje y la condena como pecado.

MariaJU dijo...

3ª parte:

...
Tras toda esta reflexión perorata q la sabe casi todo el mundo (creo) sólo cabe decir q para q una mujer no aborte, han de darse varias premisas:

1 Que sea considerada como igual al varón, ya q este es el q la viene induciendo a ello en la mayoría de los casos, aún en contra de su opinión.

2 Que sus tareas, en el reparto de las mismas, no sean infravaloradas y, algunas de las clásicas domésticas, menos el parir y amamantar por intraferibilidad, no son domésticas sino propias de la maternidad, aclaro aunq no haga falta, puedan ser asumidas indistintamente a ambos lados de la pareja.

3 Que el hijo q se engendre sea deseado. De no serlo, otro condicionante q te arrincona a la barrera abortiva, el trauma sería para madre e hijo, y ya bastantes desgraciados hay en el mundo para engrosar filas.

4 Que en periodo de gestación se le proporcionen los cuidados necesarios a la futura madre.

5 Que en el periodo post parto la madre o el padre pueda atender a esa criatura en casa durante al menos sus 3 primeros años de vida, estoy totalmente en contra de las guarderías, me dan penita. Para ello la economía familiar ha de ser salvada por el estado, todo cuestión de planificación, y no obligar a que ambos cónyugues tengan q salir a ganarse la vida para llegar a fin de mes. Sobre esto último habría más flecos de consumo desatentado tb relacionados con educación, pero sería largo y eso es otro tema.

6 Por último: DESTRUIR EL SISTEMA Q TENEMOS Y EMPEZAR UNO NUEVO, porque así no tenemos arreglo, sobre todo si quedan hombres q piensan como algunos que intervienen en la dialéctica surgida en torno a estos hilos:
AQUÍ y AQUÍ

Sería mu largo de leer, pero no deja de ser sorprendente, como hay varones en nuestra sociedad, supuestamente avanzada en estos temas, q se les supone un nivel cultural alto q se desprende del vocabulario de su discurso, pueden todavía pensar en términos de desigualdad de género. Ni q decir tiene q mientras quede ese germen y dicho germen no sea controlado o regulado, o erradicado de alguna manera, nada se conseguirá q favorezca a las mujeres, por ende a la humanidad.

Así pues como el mundo es hostil a quienes han de librar batallas de procreación en su cuerpo y en su mente, somos las mujeres las q tenemos q decidir libremente, y ya q no podemos destruir el sistema de hoy para mañana, se hace necesario q el aborto sea libre, esto es para quien opte por él, y además las mujeres q tomen esta determinación sean protegidas en tan dramática decisión.

Si habéis llegado hasta aquí, sois unos campeones y campeonas. Y is pido disculpas por haberos entretenido.

P.D. el "corasonsito" lo has dejado dando penita, aunq más penita dan muchas situaciones en q viven miles de niños nacidos de forma poco propicia y abandonados a este mundo traidor a quienes el azar no favoreció en los mínimos de dignidad.

THE END

Isaak dijo...

¡ole! ;-D

Josefo el Apóstata dijo...

y ¡olé!
Lisis: deberías tener tu propio cuaderno de bitácora.

MariaJU dijo...

Gracias por el cumplido Josefo, pero me gusta ser nómada de blog, mucho más con lo bien q se está en los vuestros.
saludits >;o]