viernes, 23 de mayo de 2008

La huida de pinza.

Dicen que eso de volver de la guerra deja secuelas de por vida, y algo de verdad debe haber en tal afirmación. Y no es que tenga en mente al inolvidable Rambo y su mochila de traumas vietnamitas. No es necesario ir tan lejos.

Viene la cosa a cuento de que, tras ser enrolada en el Ministerio de Defensa y librar en sus primeros días de desempeño una intensa y cruenta batalla mediática, Carma Chacón se ha quedado tocada. Y muy tocada, sin tener que echar mano a la broma fácil del tocólogo porque, tras dar a luz su tierno infante, ha mostrado claros síntomas de perder, en ciertos aspectos, el norte. ¿Causas? pues vaya usted a saber, igual ZP le ha prohibido terminantemente la depresión post parto y a Carma no le ha quedado más salida que romper por donde buenamente ha podido.

La cuestión es que, según los medios de desinformación, se ha dejado caer con algo parecido a «Ser madre es algo maravilloso que no tiene explicación ni comparación con nada».

¿Para qué se gasta el Estado trillones en los cursos de preparación al parto? ¿para qué tanto libreto público sobre sexualidad, causas y efectos? ¿para que ahora toda una ministra predique que la maternidad no tiene explicación? ¿cómo vamos a trasladar tal dislate a nuestros hijos, ahora que empezaban a asimilar el juego de la semillita, sin pedir más explicaciones?

El Foro de la Familia, en nota de prensa hecha pública esta mañana, asegura que se trata de un milagro, que resulta evidente que la ministra no ha conocido varón, a pesar de su estado civil, y que ha vuelto a producirse el prodigio, por segunda vez en la Historia, tras lo cual el Ejecutivo ha convocado inmediatamente el concurso-subasta para elegir a los Reyes Vagos encargados en nuestra Era de adorar al Niño Chacón. Juan Carlos ostenta, de momento, la máxima cualificación, por méritos y capacidad, para aportar el Oro, aunque, dada la necesaria actualización histórica, no se descarta su sustitución por acciones de Mobistar.

Entretanto la ministra, que no sale de su asombro, ha decidido recibir en un apartamento situado cerca de su centro de trabajo -una especie de portal-, esperándose en las próximas horas la visita del Dalai Lama que, visiblemente contrariado, aboga por la laicidad del Estado Español y la igualdad de oportunidades para todas las religiones sin excepción, lo que le ha llevado a sugerir que el Niño Chacón tiene las mismas posibilidades de ser el nuevo Mesías, como de convertirse en la nueva reencarnación del Gran Lama. Los islamistas no se han pronunciado al respecto, alegando que Asenjo ya les causa suficientes problemas.

Por otra parte, la Asociación de Ginecólogos se ha desmarcado del asunto y están dispuestos a jurar sobre la Biblia de Carlos IV que ellos no han sido, que aportaron únicamente explicaciones médicas, y han puesto a disposición de la prensa los distintos informes evacuados a lo largo de la gestación.

Tras un minuto de intenso debate, desde esta Redacción se ha acordado considerar las palabras de la ministra como una atropellada huida de pinza (delirium tremens post-parto, en términos médicos), y tras consultar afamados psiquiatras, advertimos de la posibilidad de que en las próximas horas y a consecuencia de las presiones sufridas hasta el momento del parto, la ministra vea reflejado a Silvester Stallone en el rostro de su bebé, por lo que quedamos a la espera de un empeoramiento de la situación.


3 comentarios:

casandra dijo...

Ves! esto es lo que le pasa a los políticos. Apenas ha tenido una mínima experiencia sobre lo que supone ser madre y ya dice que es inenarrable y maravilloso.
Esta señorita aun no sabe lo que es ser madre porque hasta el momento lo único que ha sido es parturienta, y esto, se ponga como se ponga, es un ratito malo y lo saben toas las madres del mundo. De todas maneras...
Benditas sean todas las madres.

Isaak dijo...

La naturaleza que nos toma el pelo, Casandra, que nos impone prioridades ajenas para asegurarse su propia supervivencia jejeje... nos hace drogatas de una sustacia llamada "hijinina" y que nuestro cuerpo demanda a partir de un determinado momento biológico.

Le recomiendo a la ministra, si no lo ha hecho ya, una somera lectura de Desmond Morris, mi antropólogo de cabecera.

Isaak dijo...

P.D.: El mono de "hijinina" se pasa como cualquier síndrome de abstinencia, aguantando las insoportables ganas de endrogarte (más duro cuando todo el mundo a tu alrededor te incita y se endroga sin pudor), sabiendo que llegará un momento en que te alegrarás de no haberte enganchado, sobre todo cuando veas a los demás sufrir, por muy felices que digan que se sienten, de boquilla jejeje