lunes, 2 de febrero de 2009

Maleni debe dimitir.

Ha vuelto a ocurrir. Los aeropuertos de París, Roma y Londres se han visto obligados a anular cientos de vuelos, cerrar colegios y las vías de transportes se han convertido de un caos.

La desidia y falta de previsión del Gobierno unido al temporal de nieve, vientos huracanados y frío enviado por Dios como toque de atención a todas las democracias laicistas, deben ponernos sobre alerta. No es la primera vez que Dios interviene directamente en defensa de sus derechos; Sodoma y Gomorra, también gobernadas por el PSOE y pioneras en la retirada de crucifijos de los lugares públicos, son buena muestra de ello.

Rodríguez Zapatero ha asumido su responsabilidad -sobre todo en los acontecimientos de los aeropuertos londinentes- y ha asegurado -mencionando expresamente el caso de Abraham-, que Magdalena Álvarez será cesada, sin especificar si sucederá de forma fulminante -Dios mediante- o por los cauces normales de la Presidencia del Gobierno.

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