lunes, 8 de junio de 2009

Pobres superlativos

Recuerdo la pandilla de adolescentes enmedio de la calle, discutiendo a gritos cualquier asunto, ya fuese grave o intrascendente, alzando la voz a máximo volumen, pretendiendo ser escuchado como primer paso para llevarse el gato al agua. Un gallinero de caras con granos y sangre sobre-hormonada. El vejete octogenario de pelo ralo, cano, se detiene a la orilla del grupo luciendo una media luna divertida, gangosa y desdentada, sólo para decir: "no tiene más razón el que más grita". Dando la espalda, prosigue a pasitos rasos y cortos de pies y cayado. Servidor fue el primero en cerrar el pico.

Cuanto más inmundo y prescindible un reyezuelo, un tirano, un emperador, un monarca, más ampulosas sus obras civiles, sus monumentos dedicados, más soberbias sus tumbas y mausoleos, más suntuosos sus palacios.

Cuanto más pobre y escuálida una idea, mayor la retórica que la envuelve, ya sea para ocultar su banalidad, ya para magnificarla como una sombra china contra el inmenso muro de la necedad.

Por éso mucha gente expresa la sinrazón en mayúsculas. O cree encarnarse en vehículos imponentes. O viste trajes exclusivos como quien enfunda su debilidad en el acero protector de una armadura. O finge dignidad frecuentando casas cuyas puertas no abre la amistad, sino la alcurnia de la billetera.

Mejor no preguntarse qué mísero concepto nos observa desde la penumbra de las hornacinas y los umbríos rincones de los templos, las mezquitas, las catedrales...


4 comentarios:

MariaJU dijo...

lo del "mísero concepto" a estas horas como q me infunde un poco de miedor oiga. Me imagino a un "gollum" siguiéndome con esos ojos malotes dsd esa oscuridad de la q hablas. juér q me jiño, me voy a tené q ir hasta mañana ya.
besote y a cuidarse

Guerrera de la LUZ dijo...

Hace frio ...

Oye, muy bueno tu post anterior.

Un abrazo para ver si entro en calor.

Al Neri dijo...

Cuando yo era más joven, me comía (o me quería comer) a todo el mundo con patatas en las discusiones. Cualquier tema chorras me parecía digno de un debate y "ganar" la discusión era una cuestión de honor. Ahora todo eso me la pela. Yo tengo mis ideas, pero mi ansia de convencer a la gente que casi no conozco ni me importa ha disminuido muchísimo.

Isaak dijo...

Al Neri, siempre he creído que ganar honor en la discusión era mucho más importante que el honor de ganar la discusión.

Si convences, tal vez hayas sacado a otro de su error. Si te convencen, has logrado salir de un error. En ambos casos, un diálogo es fructífero si se desarrolla buscando la verdad.

El empecinamiento y el prejuicio en una discusión la rebaja al estatus de simple guerra.

Coincido contigo en la apatía por llevarme a alguien al huerto. En mi caso, aunque sea mi hermano. Ya somos mayorcitos.